El Museo de Quai Branly presenta una excepcional colección de armaduras samurai recopiladas por Ann y Gabriel Barbier-Mueller. Esta exhibición tiene como objetivo introducir al público en el mundo del antiguo Japón, en un espacio temporal de casi nueve siglos de influencia del guerrero samurai.
A través de 140 objetos excepcionales (armaduras, cascos, armas, arreos de caballos utilizados tanto para batallas como para las ceremonias y desfiles...), se nos invita a comprender la evolución del “Omote dogu” (apariencia externa y el equipación del guerrero) desde el siglo XII hasta el siglo XIX, cuando la casta de los guerreros desaparece en el Japón moderno.
El samurai también pertenecía a la élite intelectual de la sociedad japonesa y practicaba disciplinas, la caligrafía, el arte, la poesía y la literatura, que a menudo contrastan con su célebre violencia en el arte de combate. Sus armeros realizaban trabajos de una extrema y sutil belleza, sin olvidar la función de las sofisticadas armas y asegurando la máxima protección.
La armadura de los antiguos guerreros japoneses, especialmente los cascos de metal y máscaras de cuero laqueado, junto con los adornos y penachos inspirados en la naturaleza, tenían como función, además de, marcar el rango y el clan del guerrero frente al caos de la batalla, el de aterrar al adversario en las acometidas.
La armadura de los antiguos guerreros japoneses, especialmente los cascos de metal y máscaras de cuero laqueado, junto con los adornos y penachos inspirados en la naturaleza, tenían como función, además de, marcar el rango y el clan del guerrero frente al caos de la batalla, el de aterrar al adversario en las acometidas.
Luis Mª Iglesia
Hasta el 29 de enero en el Musée du Quai Branly
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