6.9.11

Misha Gordin

"Todas mis imágenes son ensambladas en un cuarto oscuro tradicional en virtud de una extensión usando una técnica de enmascaramiento desarrollado y perfeccionado en los últimos años. 

Esta técnica tiene por supuesto sus limitaciones y me dirijo a ellas cuando se trabaja en ideas. Además, antes de imprimir el original, hago pruebas y ajustes para cada negativo que se va a imprimir. Yo escribo las tablas donde me indique la correcta exposición y todas las secuencias de manipulaciones para cada negativos utilizados. 

Luego viene la etapa de “secado” de impresión. Esta parte es la más implacable. Proyecto meticulosamente un negativo tras otro, cambiando constantemente preciso máscaras hasta el último negativo que utilizo. Es como regresar con seguridad a casa después de un largo, largo viaje en coche. Esta parte tiene que ver con la disciplina y tiene muy poco que ver con el arte. Después viene el momento de la “sentencia” cuando la primera impresión surge del desarrollador. 

Miro por posibles errores de la imagen en sí misma y siento una gran sensación de alivio cuando logro que la impresión sea “impecable”. Lamentablemente la técnica que yo estoy usando no tiene margen para errores. Se requiere una completa concentración y puede ser muy agotador física y mentalmente.




En todos estos años creando imágenes conceptuales, he intentado hacerlas lo más realistas posibles. Mis habilidades técnicas han mejorado, permitiéndome ensanchar horizontes para mis ideas. Pero esta no es la parte más importante del proceso. Un concepto pobre, aunque perfectamente ejecutado, crea una fotografía pobre. Por eso, el ingrediente más importante de una imagen poderosa es el concepto. Talento para crear un concepto y habilidad para desarrollarlo, esta es la combinación para una fotografía conceptual contundente. Crear una idea y convertirla a la realidad es el proceso esencial de la fotografía conceptual.








No es nueva la idea de manipular imágenes fotográficas. De hecho, en cierto grado, toda imagen se manipula. El verdadero poder de la fotografía surge cuando la realidad alterada se presenta como existente, y se da por supuesta. Una imagen evidentemente manipulada acaba siendo engaño que muestra la carencia de comprensión del particular poder que posee la fotografía: grabar fehacientemente en nuestro subconsciente que lo capturado por la cámara ha existido. En el mejor ejemplo de la imagen exitosamente manipulada, nunca surgiría la pregunta “¿Es esto real?”

Misha Gordin




1 comentario: