Podemos hablar del “Expresionismo”, en tanto como fenómeno histórico, aproximadamente entre los años 1907 y 1925, en el que tuvieron lugar una serie de manifestaciones programáticas, una combinación de investigaciones y producciones con un sello común. Por otra lado, podemos referirnos a él, “expresionismo” como categoría histórica, como una condición de crítica y sentimiento moral de antagonismo hacia cualquier obstáculo o cualquier conformismo y, en particular, ante la sumisión formal.
En el primer caso, contemplaríamos un período o estilo encajado en sus propios límites temporales, mientras que en el segundo estaríamos ante una categorización del expresionismo, semejante a las del barroco o el manierismo, como una corriente constante y recurrente del espíritu humano y, una emanación natural de las producciones artísticas. Las posiciones mantenidas por O. M. Ungers y Bruno Zevi, Congreso de Florencia de 1964, ilustran respectivamente esta doble visión del “Expresionismo-expresionismo”, una, como un corriente restringida no sólo a un etapa determinada, sino a un ámbito de sentimientos de detracción que sólo indirectamente intervienen en la producción de las obras de arte, y la otra, como presencia persistente en toda la experiencia de la arquitectura y el arte modernos.
A través de las siguientes imágenes de la colección Fostinum” de interiores arquitectónicos, regresan simultáneamente, como en inquietamente pestañeo, ambas concepciones, como ante la insólita predicción de Bruno Taut (1880-1938) cuando eligió como seudónimo en la confraternidad de arquitectos expresionistas de la “Gläseme Kette” o Cadena de Cristal el de “Namenlose” o el sinnombre.
Böhm, Dominikus - Pfarrkirche St. Johann Baptist Inneres, Neu-Ulm (Parish Church St. John the Baptist Interior, Neu-Ulm), 1922-1926
Böhm, Dominikus - Pfarrkirche St. Johann Baptist Kriegergedächtniskapelle, Neu-Ulm (Parish Church St. John the Baptist Soldiers Memorial Chapel, Neu-Ulm), 1922-1926
Böhm, Dominikus - Pfarrkirche St. Johann Baptist, Neu-Ulm (Parish Church St. John the Baptist, Neu-Ulm), 1922-1926
Entre todos los movimientos que han dado origen a la arquitectura y el arte moderno, quizá sea el Expresionismo el más marcado por los sentimientos de rechazo a lo establecido, una tendencia decididamente utópica y enfervorecidamente anhelante de la transformación total a través de la creación.
Kaufman, Oskar and Richard Wolffenstein (attr.) - Cafe Uhlandeck, Berlin
Kreis, Wilhelm - Rheinhalle am GeSoLei, Düsseldorf (Entrance, Rhine Hall at the GeSoLei Exhibition, Düsseldorf), 1925-1926
Kreis, Wilhelm - Rheinhalle am GeSoLei, Düsseldorf (Interior Rhine Hall at the GeSoLei Exhibition, Düsseldorf), 1925-1926
Kreis, Wilhelm - Rheinterrasse Restaurant, Düsseldorf, 1924-26
Kreis, Wilhelm - Wilhelm-Marx-Haus, Düsseldorf, 1922-1924
Poelzig, Hans - Großes Schauspielhaus (The Great Theatre, Berlin, known as Friedrichstadt Palast after World War II), 1919
Riphahn, Wilhelm - Die Bastei, Köln-Neustadt-Nord, (The Bastion, Cologne-Neustadt-Nord) 1924-1927
Sckopp, Ferdinand und Wilhelm Vortmann - Verwaltungsgebäude für den Deutschnationalen Handlungsgehilfen-Verband, Sitzungszimmer (Headquarters of the German Clerks Association, meeting room), Hamburg, 1927-31
Siegloch, C.W. - Pfaelzer Weinhaus in Hindenburgpark, interior, Ludwigshafen (Pfaelzer Wine Bar in the Hindenburg Park -- Now Ebertpark, Ludwigshafen), 1924-1925
Weber, Martin - St. Bonifatius Kirche, Inneres, Frankfurt am Main (St. Bonifatius Church, Interior, Frankfurt am Main), 1927
Wolf, Paul and Ludwig Wirth - Technische Hochschule, Festsaal in Studentenhaus, Dresden (Technical College, Ballroom in Student Center, Dresden), 1922-1925
Inmediatamente nos surgen varias cuestiones: ¿Por qué el esfuerzo sintético de los arquitectos expresionistas tuvo con frecuencia como resultado formas carentes de la cohesión y de la unidad exigida para las obras de arquitectura?, ¿Por qué la forma expresionista no tomó como base la construcción, ni tampoco la capacidad funcional, significativa de formas anteriores, sino que hace de la condición material de la arquitectura una resistencia que hay que vencer y, a la vez, un medio sobre el que crear la nueva obra? y ¿Por qué las cualidades del espacio expresionista se han olvidado, en favor de la valoración de los signos externos de los edificios?
Bartning, Otto - Auferstehungskirche, Innen, Essen (Church of the Resurrection, Inside, Essen), 1929-1930
Behrens, Peter - Technisches Verwaltungsgebäude der Hoechst AG, Frankfurt (Technical Management Building of Hoechst AG, Engineering Department Exhibition Hall, Frankfurt), 1920-1924
Cafe Clou, Wesermünde
Deutsche Theater Ausstellung, Kunstlerische Abteilung, Magdeburg (German Theatre Exhibition, Artist Section, Magdeburg), 1927
Es posible que algunas de sus causas sean, sólo en parte, su aparente sustracción de la revolución tecnológica, la negación de que la forma se supedite a la función y su anhelo por la disgregación, que llevaba aparejada la plena disolución de la realidad productiva como voluntad unitaria de estilo, junto a la utilización del lenguaje mismo como objeto de exposición y expresión sobre ese fondo de destrucción de la forma tradicional, pero no lo explica todo.
Hoetger, Bernhard - Cafe Winuwuk, Die Herdstelle (The Hearth), Bad Harzburg, 1922-23
Hoetger, Bernhard - Kaffee Worpswede interior, 1925-1927
Hoetger, Bernhard - Künstlerkneipe "Zu den sieben Faulen", Böttcherstraße, Bremen, 1926-1931
Hoetger, Bernhard - Paula Modersohn-Becker-Haus, Böttcherstraße, Bremen, 1926-1931
iphahn, Wilhelm - Die Bastei, Köln-Neustadt-Nord, (El Bastion, Colonia-Neustadt-Nord) 1924-1927
Ni la técnica, ni la industria, ni la tipificación, ni la construcción constituían un dato para su arquitectura, eso es claro. Su autonomía era sólo reflejo de una ansiada armonía cósmica. El viejo dilema entre la autonomía y la soberanía estética que se opera en el las artes visuales, donde se efectúa la disolución de la razón, el lenguaje y la función no parece ser valido para el proyecto arquitectónico. La disolución de la realidad del edificio que representa su estructura portante, en busca de una realidad distinta mas verdadera y profunda, no bastaría.
El recurrente comportamiento esotérico -pirámides, catedrales de cristal, montañas sagradas, cúpulas cósmicas, arquitecturas alpinas, etc.-, y sus alusiones a la “obra total” del gótico, y a otros aspectos iniciáticos confluyeron y provocaron sin duda su marginación historiográfica.
El elogio de la tecnificación y el progreso que recoge el futurismo, se transmuta en ensayo de huida del Expresionismo. Pero si el Futurismo fue sustancialmente experimental y acabó con sus propios manifiestos, el Expresionismo irrumpió en todas las artes y se convirtió en un movimiento indiscutiblemente creador, a pesar de resultados a veces inciertos y con frecuencia lindantes con la monstruosidad. Fue abocado a una inquebrantable disolución en las demás artes, como en el recién estrenado espacio diagético del cine, Lang, Murnau o Wine entre otros, o en la música dodecafónica que derribaría los pilares de la música tonal, sugiriendo un mundo no gravitatorio, donde las leyes prescriben.
La suspensión o colocación entre paréntesis no sólo de las doctrinas sobre la realidad, sino de la realidad licuable misma, la conciencia de sufrimiento inherente a la posición del hombre sobre el mundo, consumarían las características del mensaje expresionista que ya habían presagiado Kafka y Rilke en la literatura y Gauguin, Van Gogh y Munch en la pintura.
Si el núcleo de la poética expresionista es la demolición de la estructura lingüística y de las formas tradicionales, el objeto de exposición y expresión será entonces el propio lenguaje que se hace así no comunicable. No hay ya descripción, sólo expresión, allí donde confluyen la devastación y la realización. Sin embargo, será el Expresionismo el que establezca de una forma específicamente moderna la relación con el mundo, definitivamente no será la retirada a posiciones utópicas, sino por el contrario un impulso esencialmente práctico de intervención directa en la vida social. Una superación voluntaria de la contingencia del mundo.
Luis Mª Iglesia
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