Anoche busque aún más la oscuridad,
Ahogué cada recuerdo efímero que compré
Resistiendo sin fuerza el equilibrio que me sostenía
Ante la luz y la oscuridad, ante la sombra y la claridad
Ante la forma y la abstracción, ante la realidad y la ficción.
Caminé, corrí, salté y me detuve…
Conseguí encontrar el jardín… y me senté,
Me reconocí, me encontré, me vestí y bailé.
Anoche entendí lo que yo me busqué,
Fue el jardín que confundí con el ansiado edén,
¿Laberinto del placer?, ¿laberinto de mi ser?
Filosofía Zen…
Todo encaja cuando escucho en voz baja,
Los camino que atajan, entre la mente y el alma.
Entre laberintos distintos y jardines creativos,
Entre la puerta k aparta el sendero de sentirse vivo,
Anoche encontré mi jardín del edén,
Cuando olvide los caminos y en el laberinto me adentre.
Escuche lo sordo que nos hace el miedo,
El olor del silencio inundo mi cuerpo,
El sabor del ego y su dulce muerte,
La mirada ansiolítica de las mentes dormidas,
Y el tacto elegante de la humildad olvidada,
Anoche busque…
Busque
Y busque
Laberintos y jardines de los que ya me olvidé.
(Laberintos vs jardines… ben 2008)
Iván Fernández Hervás
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