1.10.08

Estela Hanania. Inspiración atávica

Ziripot. Lantzeko ihauteriak

Miel Otxin. Lantzeko ihauteriak

Txatxos. Lantzeko ihauteriak

Hay representaciones que nos sacuden y nos trasladan hacía umbríos y sugerentes atavismos. Seguramente las figuras simbólicas más fascinantes se sitúan en ámbito del folclore tradicional, la música, la danza y la iconografía – indumentarias, aparejos, máscaras, etc.- configuran un simulacro simbólico imponente.

El carnaval, ihauteriak, carnestoltes, entroido o antroxu, en sus difererentes expresiones peninsulares, es sin duda la más intensa de sus manifestaciones. Los carnavales – Ihauteriak- de algunas localidades de Navarra: Goizueta, Alsasua, Lanz y otros, nos sorprenden por su cercanía al medio rural por su desnuda expresividad antropológica.

Altsasuko ihauteriak

Altsasuko ihauteriak

Ituren-Zubietako Ihauteriak

Ituren-Zubietako Ihauteriak

El carnaval de Lanz, una alegoría sobre el hambre, las plagas de langosta y el caos. "Un drama, un acto conjuratorio que se repite todos los años en las mismas fechas, en el momento de la poda, cuando los insectos son larvas" según Urbeltz.

Ziripot. Lantzeko ihauteriak

Los personajes que forman la comitiva del carnaval de Lantz son el «ziripot», con vestimenta de saco relleno de paja; el «zaldiko», joven disfrazado de caballo que intenta continuamente hacer caer al suelo a ziripot; los «arozak» o herreros, que hostigan al zaldiko para herrarlo, y los «txatxos», vecinos con trajes extravagantes armados con escobas. Tras un intento de fuga del gigante Miel Otxin, un gran muñeco con los brazos en cruz, es abatido en el monte de un tiro y luego quemado al anochecer, mientras todos los personajes bailan alrededor la mutil danta y el zortziko.

Arozak. Lantzeko ihauteriak




La doble vertiente del carnaval, celebración e invocación, estimulan nuestra relación con lo físico, con el territorio, con el “otro”, que puede ser el pasado primigenio o el contacto psicofísico con la propia humanidad. Pero el cuadro también conjura las amenazas de la epidemia, el hambre, el caos– lo sobrenatural-, y la intimidación del fin y el desamparo – lo sobrehumano-.

Es, en este territorio, donde la fotógrafa francesa Estela Hanania sin duda se inspira. Cronista de esa pulsión mágica, trenza cuerpos y rostros enmascarados y maquillados de una forma turbadora con entornos y paisajes, creando un ritmo y una complejidad visual semejante a la fábula. Estela explora en sus proyectos la indumentaria, el folklore, la antropología, la alquimia y los rituales de hechicería de tradición pagana.


Demoniac Bable. 2007. Estela Hanania

Demoniac Bable. 2007. Estela Hanania

Demoniac Bable. 2007. Estela Hanania

Estela Hanania. White Spell

Estela Hanania. White Spell

Estela Hanania. White Spell

Berchta Tanz . 2008. Estela Hanania

Berchta Tanz . 2008. Estela Hanania

Pero las imágenes de Estela no sólo nos seducen por su intimidante poética sino por su extraordinaria y desnuda factura técnica alejada de cualquier manipulación digital.

Luis María Iglesia

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