3.12.08

Contribución china. Ma Jun

New China series. Coca Cola bottles II. 2006. Porcelana

Chanel No. 5, 2007. Porcelana

New China. Series CAR. 2007. Porcelana


New China series. Tape recorder. 2006. Porcelana






New China series. Televisión 2007. Porcelana


No puede parecer extraño la reaparición del Ready made en China, hoy la gran fábrica del mundo, cuna por tanto, de millones de objetos, y como todos sabemos del firmamento objetual, sólo se salvan de lo superfluo y ornamental unos pocos.

La rápida adquisición de cierto bienestar y un ascenso rápido y brutal de una minúscula, aunque de enorme magnitud, clase hacia niveles sociales antes inimaginables, ávida de manifestar ostentación y privilegio, parecen ser la causa de la demanda de ciertos objetos de arte que coquetean con el neopop, el kitsch y las “low technology”, todo ello aderezado con los elementos de la tradición, la iconografía china y la proyección del imaginario occidental que sobre el exótico oriente se ha construido.

El gigante chino carente de la tradición artística que supusieron las primeras vanguardias en occidente, abraza con desparpajo y se nutre, con autentico fervor de corrientes anteriores como Dada -que, en un momento inicial, también influyera en los representantes del Pop americano y posteriormente en el nuevo realismo francés, a través de los todavía surtidos intersticios del objet trouvé y del ready made (el gesto antiarte nihilista duchampiano)-, el objeto surrealista con sus poliédricos reflejos freudianos y lacanianos y el deconstruido objeto situacionista con la consiguiente victoria optimista de ese programa del Nuevo Realismo, donde Pierre Restany afirmara que, tras el no y el cero, se presenta un nuevo mito, y el gesto antiarte de Marcel Duchamp quedará cargado de positivismo. El ready-made ya no será solamente algo negativo y polémico, sino el elemento base de un nuevo repertorio expresivo.

Pero el arte chino también puede ofrecernos como una lupa y devolvernos como un espejo, del mismo modo que Klein cuando se arrojó al vacío desde un tejado, la imagen de determinadas fórmulas de experimentalismo vanguardista que consagró occidente y cómo se reformulan y articulan en un periodo, que podemos decir transhistórico y digital, y como mínimo de economía global, en otros territorios.

Es prematuro hablar de una crítica al comportamiento consumista y a la sociedad neocapitalista, al hedonismo y a la cultura del espectáculo que propusieron Dada o los nuevos realistas a través de la manufactura de sus apropiaciones, sus acumulaciones y otros dispositivos que activaban con sus objetos.

Hoy, China produce un amplio catalogo de objetos y acontecimientos que nos abruman, pero que al mismo tiempo nos remiten a una mirada de lo propio, que no es otra cosa que la generosa contribución creativa de lo humano.

Maria Church

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