La primera reacción que se puede tener ante sus obras es de rechazo. Imágenes ingenuamente masturbatorias de rubias de pechos enormes, deprimentes matronas con vientres desvencijados, y cuerpos extrañamente deformes.
Basta mirar con atención sus pinturas para descubrir que estamos ante un artista muy complejo, con una técnica muy notable y mucha capacidad para la critica social.Sus trabajaos van desde viejos estilos pictóricos (Renacentismo de la escuela flamenca), pasando por Lucas Cranach, así como por el lujo indulgente de Fragonard y Boucher.
Este artista parece celebrar el arte malo a través de diversos pintores, en especial los poco conocidos. El mismo dice:”Un artista aprende mucho más de los artistas segundones que de los grandes maestros”.
Su trabajo consiste en retratos kitsch, fusiones de estilos clásicos con elementos de la publicidad contemporánea y un sentido perverso de la elegancia grotesca.Pero lejos de hacer pastiches o caricaturas ingeniosas, Currin trabaja a sus personajes con gran rigor para convertirlos en imaginarios.(seres post-apocalipticos, cyborgs modelados por la cultura de la decadencia, mutantes…)
Currin ha retomado la vieja pero efectiva formula de pintar mujeres desnudas para revelar las emociones y sentimientos masculinos, para explorar la desnudez del espectador.
El artista busca lo amoroso en lo sexual y la dulzura celestial en lo cotidiano. Su trabajo es fresco en innovador.
En cierta forma sus mujeres podrían ser muñecas Barbie abandonadas al sol del desierto, o bien, se trata de imágenes de la televisión matutina pasadas por el filtro de Courbet.
La fantasía erótica masculina se vuelve inofensiva a la vez que triste y risible. El trabajo de este pintor está impregnado de un denso humor negro.
Currin trabaja de modo semejante a los artistas pop que sacaban cosas cotidianas de contexto para convertirlas en algo distinto.
Éste secuestra iconos de la historia del arte para volverlos herramientas para descifrar nuestra realidad y reconocernos en la forma de los seres que se han moldeado a si mismos a través de sus fantasías.
El artista ha creado desde imágenes picarescas de mujeres con senos descomunales (The bra shop) a ancianas con cuerpos agotados y secos.
En su trabajo ha tratado de plasmar la auténtica naturaleza de la pintura en el intento de borrar las fronteras entre la “buena y la mala pintura”.
Su arte se sitúa en la intersección de lo vulgar y lo sublime, en el terreno donde la insinuación pornográfica y la seducción de la santidad se funden en la fascinación por la pintura misma.
Currin es uno de los artistas más provocadores y sugerentes de la actualidad, y por supuesto no deja indiferente a nadie que vea sus obras.
Basta mirar con atención sus pinturas para descubrir que estamos ante un artista muy complejo, con una técnica muy notable y mucha capacidad para la critica social.Sus trabajaos van desde viejos estilos pictóricos (Renacentismo de la escuela flamenca), pasando por Lucas Cranach, así como por el lujo indulgente de Fragonard y Boucher.
Este artista parece celebrar el arte malo a través de diversos pintores, en especial los poco conocidos. El mismo dice:”Un artista aprende mucho más de los artistas segundones que de los grandes maestros”.
Su trabajo consiste en retratos kitsch, fusiones de estilos clásicos con elementos de la publicidad contemporánea y un sentido perverso de la elegancia grotesca.Pero lejos de hacer pastiches o caricaturas ingeniosas, Currin trabaja a sus personajes con gran rigor para convertirlos en imaginarios.(seres post-apocalipticos, cyborgs modelados por la cultura de la decadencia, mutantes…)
Currin ha retomado la vieja pero efectiva formula de pintar mujeres desnudas para revelar las emociones y sentimientos masculinos, para explorar la desnudez del espectador.
El artista busca lo amoroso en lo sexual y la dulzura celestial en lo cotidiano. Su trabajo es fresco en innovador.
En cierta forma sus mujeres podrían ser muñecas Barbie abandonadas al sol del desierto, o bien, se trata de imágenes de la televisión matutina pasadas por el filtro de Courbet.
La fantasía erótica masculina se vuelve inofensiva a la vez que triste y risible. El trabajo de este pintor está impregnado de un denso humor negro.
Currin trabaja de modo semejante a los artistas pop que sacaban cosas cotidianas de contexto para convertirlas en algo distinto.
Éste secuestra iconos de la historia del arte para volverlos herramientas para descifrar nuestra realidad y reconocernos en la forma de los seres que se han moldeado a si mismos a través de sus fantasías.
El artista ha creado desde imágenes picarescas de mujeres con senos descomunales (The bra shop) a ancianas con cuerpos agotados y secos.
En su trabajo ha tratado de plasmar la auténtica naturaleza de la pintura en el intento de borrar las fronteras entre la “buena y la mala pintura”.
Su arte se sitúa en la intersección de lo vulgar y lo sublime, en el terreno donde la insinuación pornográfica y la seducción de la santidad se funden en la fascinación por la pintura misma.
Currin es uno de los artistas más provocadores y sugerentes de la actualidad, y por supuesto no deja indiferente a nadie que vea sus obras.
Lucia del Amo Aguilar
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