Dirk Skreber (1961, Lübeck, Alemania) muestra sus últimas creaciones en la Galería “Friedrich Petzel” de NY, hasta el 27 de Junio.
Las pinturas y esculturas de Dirk Skreber se nutren de las imágenes de catástrofes: sus consecuencias inmediatas (inundaciones, vehículos quemados), en el momento de su implosión (ruedas de coches y piezas en el aire) o en su amenazante potencialidad (vistas aéreas de las centrales nucleares en Irán). Skreber siempre se ha sentido fascinado por los aspectos relativos a la manifestación imprevisible de la energía y a su violenta liberación.
En las nuevas obras de Skreber subyace la acción a través de la reutilización de las figuras de héroes del cómic. Skreber extrae de varias fuentes, imágenes hipersexuadas que nos provocan una velada fascinación. A diferencia de la calidad gráfica de la pintura pop, Skreber camufla parcialmente las imágenes, mediante gradaciones ópticas, para silenciar su inmediata legibilidad.
Dos esculturas de vehículos estrellados ocupan el espacio principal de la galería. Cada vehículo ha sido violentamente retorcido en torno a un poste, algo así como si las dos máquinas de metal deformado se hubiesen encontrado en su frenética carrera con esos oscuros obstáculos. Las dos piezas de Skreber excitan nuestra mirada con cierta ambivalencia entre el rechazo y la fascinación, entre el horror y la emoción.
Los automóviles estrellados mantienen una perfecta limpieza y acabado, sus lustrosas roturas y su desorden aún conserva su feroz elegancia. Skreber recupera los restos del naufragio y nos los despliega en un tiempo indefinido, en una insólita congelación infinita del momento del desastre.
Luis María Iglesia
Friedrich Petzel Gallery
Las pinturas y esculturas de Dirk Skreber se nutren de las imágenes de catástrofes: sus consecuencias inmediatas (inundaciones, vehículos quemados), en el momento de su implosión (ruedas de coches y piezas en el aire) o en su amenazante potencialidad (vistas aéreas de las centrales nucleares en Irán). Skreber siempre se ha sentido fascinado por los aspectos relativos a la manifestación imprevisible de la energía y a su violenta liberación.
En las nuevas obras de Skreber subyace la acción a través de la reutilización de las figuras de héroes del cómic. Skreber extrae de varias fuentes, imágenes hipersexuadas que nos provocan una velada fascinación. A diferencia de la calidad gráfica de la pintura pop, Skreber camufla parcialmente las imágenes, mediante gradaciones ópticas, para silenciar su inmediata legibilidad.
Dos esculturas de vehículos estrellados ocupan el espacio principal de la galería. Cada vehículo ha sido violentamente retorcido en torno a un poste, algo así como si las dos máquinas de metal deformado se hubiesen encontrado en su frenética carrera con esos oscuros obstáculos. Las dos piezas de Skreber excitan nuestra mirada con cierta ambivalencia entre el rechazo y la fascinación, entre el horror y la emoción.
Los automóviles estrellados mantienen una perfecta limpieza y acabado, sus lustrosas roturas y su desorden aún conserva su feroz elegancia. Skreber recupera los restos del naufragio y nos los despliega en un tiempo indefinido, en una insólita congelación infinita del momento del desastre.
Luis María Iglesia
Friedrich Petzel Gallery
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