El 12 de agosto de 1961, en ocasión de una exposición en la Galleria Pescetto de Albisola Marina, Piero Manzoni presentó por primera vez en público las cajitas de "Merda d’artista" ("contenido neto 30 gramos, conservada al natural, producida y enlatada en el mayo de 1961").
El precio establecido por el artista por las 90 cajitas (rigurosamente numeradas) correspondía al valor corriente del oro.
El precio establecido por el artista por las 90 cajitas (rigurosamente numeradas) correspondía al valor corriente del oro.
Las cajitas de Manzoni tienen numerosos precedentes en el arte del Novecientos, desde el urinario de Duchamp ("Fontaine", 1917) hasta las coprolalias surrealistas. Salvador Dalí, Georges Bataille y antes que nada Alfred Jarry con "Ubu Roi" (1896) habían dado dignidad literaria a la palabra "mierda". La asociación entre analidad y obra de arte (y entre oro y heces) es un tema recurrente en la la literatura psicoanalistica que Manzoni puede haber recibido por la lectura de Jung.
La novedad de Manzoni esta en haber conexionado estas sugestiones a una reflexión sobre la función del artista frente a la autoreferencialidad de la obra de arte.
La novedad de Manzoni esta en haber conexionado estas sugestiones a una reflexión sobre la función del artista frente a la autoreferencialidad de la obra de arte.
El cierre tautológico del Achrome (una superficie que no manifiesta ningún sentido, ni exhibe una manipulación de la materia) y la invisibilidad la Línea, escondida en un contenedor sellado, crean una especular autoreferencialidad del cuerpo del artísta.
Privado del objeto, y aún encantado por el recuerdo de su status heróico de artéfice y productor, el artista encuentra una compensación por la pérdida invadiendo el espacio tradicionalmente asignado por el proceso comunicativo al obra.
El mismo cuerpo del artista se ofrece al público como una obra de arte, y las vestigias del cuerpo se convierten en reliquias.
Así nace la Mierda de artista (vendida a peso de oro), el Aliento de artista ("Fiato d'artista", las globos inflados por el aliento vital del autor) y el proyecto de la Sangre de artista ("Sangue d'artista").
Privado del objeto, y aún encantado por el recuerdo de su status heróico de artéfice y productor, el artista encuentra una compensación por la pérdida invadiendo el espacio tradicionalmente asignado por el proceso comunicativo al obra.
El mismo cuerpo del artista se ofrece al público como una obra de arte, y las vestigias del cuerpo se convierten en reliquias.
Así nace la Mierda de artista (vendida a peso de oro), el Aliento de artista ("Fiato d'artista", las globos inflados por el aliento vital del autor) y el proyecto de la Sangre de artista ("Sangue d'artista").
Vía: Incarnation Des
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