El interés de Shirin Neshat por la música, como una gran herramienta artística, revela el deseo de la utilización de un material de gran poder emocional de carácter universal. Neshat espera que su trabajo vaya mas allá del mero símbolo, y que actué como medio y lenguaje artístico en si mismo, una forma renovada que trascienda las lecturas históricas de una obra disidente que sin duda destapa los velos y maquillajes de los discursos, de los hechos, de las razones, de las verdades, de la historia y del complejo humano.
Con “Turbulent” de 1998, compuesta por la cantante iraní Sussan Deyhim, la música se convierte en una metáfora central de la complejidad de las relaciones de género en Irán. Ambas escenas de un mismo auditorio, que parece el de un polideportivo, son proyectadas de forma simultánea en las paredes opuestas de la instalación, el varón con el público masculino a un lado y la mujer ante un auditorio vacío agudizan algo que va más allá de una una dicotomía visual y musical.
Después de que el hombre, el artista iraní Shoja Azari, visto directamente desde el frente, canta una canción en la tradición clásica iraní con la aprobación de toda la audiencia masculina, la mujer (que tienen prohibido cantar solas ante el público en Irán) deconstruye la lógica de la música y de la sociedad mientras canta ante un auditorio vacío. Sin palabras, ella comienza con un zumbido grave, desplazándose pasmosamente a sedimentos impredecibles de destilaciones guturales, aullidos estridentes y glissandos vertiginosos en un canto armonioso pero inquietante.
Al contrario del cantante masculino, ella parece estar inspirada más por una abrumadora emoción que, por el control y el dominio técnico; a medida en la que la interpretación se intensifica la cámara gira a su alrededor mostrándonos una visión dramatizada de su rostro y sus manos. El canto progresa de una manera soberbia, extraña y estrepitosa, dirigiéndose al núcleo de nuestra capacidad sensitiva, atravesándonos mediante una actuación visceral y perturbadora; la expresión de un dolor, un lamento que no abandona su soberanía y la búsqueda de su liberación.
Maria Church
“Shirin Neshat: Facing History”. 20_8_2015 Hirshhorn Museum. Washington, DC.
hirshhorn
Con “Turbulent” de 1998, compuesta por la cantante iraní Sussan Deyhim, la música se convierte en una metáfora central de la complejidad de las relaciones de género en Irán. Ambas escenas de un mismo auditorio, que parece el de un polideportivo, son proyectadas de forma simultánea en las paredes opuestas de la instalación, el varón con el público masculino a un lado y la mujer ante un auditorio vacío agudizan algo que va más allá de una una dicotomía visual y musical.
Después de que el hombre, el artista iraní Shoja Azari, visto directamente desde el frente, canta una canción en la tradición clásica iraní con la aprobación de toda la audiencia masculina, la mujer (que tienen prohibido cantar solas ante el público en Irán) deconstruye la lógica de la música y de la sociedad mientras canta ante un auditorio vacío. Sin palabras, ella comienza con un zumbido grave, desplazándose pasmosamente a sedimentos impredecibles de destilaciones guturales, aullidos estridentes y glissandos vertiginosos en un canto armonioso pero inquietante.
Al contrario del cantante masculino, ella parece estar inspirada más por una abrumadora emoción que, por el control y el dominio técnico; a medida en la que la interpretación se intensifica la cámara gira a su alrededor mostrándonos una visión dramatizada de su rostro y sus manos. El canto progresa de una manera soberbia, extraña y estrepitosa, dirigiéndose al núcleo de nuestra capacidad sensitiva, atravesándonos mediante una actuación visceral y perturbadora; la expresión de un dolor, un lamento que no abandona su soberanía y la búsqueda de su liberación.
Maria Church
“Shirin Neshat: Facing History”. 20_8_2015 Hirshhorn Museum. Washington, DC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario